Cuando el Universo Cinematográfico de Marvel estaba en franco declive llegó esta cinta, la tercera del irreverente y deslenguado Deadpool (Ryan Reynolds) y la primera de Lobezno (Hugh Jackman) como “resucitado” tras su muerte en “Logan”.  Aunque ya casi todo el mundo sabe de qué va la película, en realidad el personaje es una versión alternativa viva de Lobezno que Deadpool busca en el multiverso para que le ayude en su misión que no es otra que evitar que el malo de turno destruya las líneas temporales, es decir, los otros universos. Una vez reunidos, ambos inician un viaje en el que se van encontrando en muchos cameos a una serie de figuras y héroes de ese universo marveliano al tiempo que la película rinde homenaje también a otras cintas conocidas del género fantástico. Un popurrí en toda regla aderezado con mucha acción, humor negro, violencia gore y chistes soeces y subidos de tono. 

En resumen, quién conozca la tradición cinematográfica de Marvel disfrutará mucho con “Deadpool y Lobezno” y todo ese revoltijo de elementos mientras que quién no la conozca tan a fondo o nada puede entrar en este desvarío de película, divertirse y pasar simplemente un buen rato o arrepentirse de haber comprado la entrada. Atención a las dos escenas postcréditos.